viernes, mayo 12, 2006

Aullido

Aquí os dejo uno de mis poemas, que es para mí como una declaración de principios, espero que os agrade.


Me arrojaré desnuda

a los bosques primigenios

presta a correr junto a manadas infinitas

de lobos cantores de luz de luna.

Cazadora me haré de días eternos,

beberé con deleite salvaje

noches de rabia arcaica

apuradas hasta los posos.

He vislumbrado en mi carrera demente

siluetas espectrales confundidas entre

vibrantes pilares selváticos:

gentes conformadas de sombra

portando férreas redes de abominables proporciones,

coronas de acerado humo ceñían sus sienes,

tras las oquedades de sus ojos, el horror, el abismo.

No seré una de ellos, no harán de mí

una ciega seguidora de sus normas,

¿quién dice que hay que ser persona?

Me alzaré gloriosa en un presto batir

de alas de cuervo.

Oficios y beneficios

La gente que cree conocerme (que es muy poca) cree también que soy una vaga. Quizás lo sea, no lo niego, pero es más cierto que son mi peculiar modo de ver la vida y de establecer prioridades los que dan pie a tales juicios, sin que por ello sean acertados.
Para empezar, me importa bastante poco el dinero. Lo único que realmente me jode de no tenerlo es que afecta a mi vida social. No puedo quedar con los amigos (que, de hecho, ya ni sé si existen o no), ni mucho menos viajar. También afecta a mi vida cultural y espiritual, mi pobreza es la culpable de que me haya perdido una ocasión única: la exposición Faraón, que creo que aún es posible visitar por unos días en Madrid.
Es un dilema: currar la mayor parte del día seis días a la semana en trabajos de mierda, torturado por la estupidez de superiores verduleros, explotadores, condescendientes y decididamente tontos del culo; cosa que a mí, personalmente, me deprime instantáneamente. Vaya, que no lo aguanto ni una semana, enseguida siento como empiezo a cambiar, la mente parece quedárseme seca, mi imaginación estéril. Mi alma enmudece como si no existiera y, sencillamente, dejo de pensar.
La otra opción, que es renunciar al trabajo y tratar de buscarse algo mejor, no es demasiado práctica, y la convierte a una en una especie de parásito. Los vagos soñadores somos algo así como el último peldaño en la pirámide depredadora social. Incluso los amigos, esos que desaparecen cuando se te acaba el dinero (casi con tanta rapidez como cuando una se echa novio) pero se dejaban invitar de buen grado cuando lo tenías, comienzan a mirarte mal, incluso te lo dicen a la cara, medio en broma: eres una vaguilla, qué perra eres...
El caso es que no es cuestión de vaguería o pereza, no señores, yo estoy en lucha contra estas dos y voy avanzando. La cuestión es que no quiero dejar de soñar, de pensar en lo que me plazca, ni por un instante, para vender seguros o servir mesas durante, como mínimo, ¡ocho horas al día! ¿Quién es el sádico enfermo que inventó estos horarios laborales? Este ritmo de vida es absolutamente antinatural. Y todavía los ciudadanos del mundo "civilizado" piensan que viven muy bien, rodeados de todo tipo de comodidades y demás. ¿A qué precio? ¿merece la pena realmente el gasto absurdo de miles de horas de nuestra única e irrepetible vida?
En fin, yo sé que a mí NO me merece la pena. Mientras trato de encontrar una solución satisfactoria para todos sin que tenga que "suicidar" mi alma...en fin, espero que se tenga un poquito de paciencia conmigo.

De nombres y bautismos

Vivo en una contradicción: me siento afortunada y desafortunada a la vez.
Por un lado disfruto del honor y la suerte de rodearme de espíritus afines que hacen por mí cosas tan hermosas como bautizarme. Me definen de modos evocadores, de tintes casi épicos. Y los nombres que me regalan están cargados de emoción y energía.
El que encabeza este blog, por ejemplo: Domadora de Versos, es prueba de la incondicional entrega de un buen amigo, de un amigo especial. El caso es que tengo la inquietante sensación de que, en fin, de domar poco, desde que hago uso de semejante título. Me temo que mi musa ha huído temiendo quizás el látigo cruel que marcaría sus etéreas carnes.
Quizás mis pretensiones han sido excesivas, quizás no debería llamarme a mí misma ni tan siquiera poeta. El caso es que creo que debería volver a mi antiguo yo, aquel que creía en escribir poemas sólo estando inspirado, sin forzar las cosas, aquel que amaba el caos y el desenfreno de la inspiración pura, de la emoción sin control...y a la porra la métrica y sus bridas. Para escribir poemas muertos siempre hay tiempo...
Por ahora confío en el pronto regreso de mi musa mientras ensayo mi mejor expresión de inocencia tratando de mantener la fusta bien oculta a mi espalda.

Noche de los Ancestros

Hoy os ofrezco mi primera pequeña aportación literaria para el blog. Este micro-relatillo lo escribí hace algunos añitos ya y, bueno, no es gran cosa. Está pensado como una invocación, una especie de ritual para la noche de Samhain, también conocida como noche de los ancestros o "del velo fino". En nuestra cultura la conocemos simplemente como noche de los difuntos, es la víspera al día de todos los santos. La idea inicial era que estuviese escrita como si fuese a ser leída en la radio, de ahí las referencias a este medio.
Espero que os guste.


Es mediante la palabra como tiendo ahora las redes argénteas de mi sortilegio. Escuchad en la noche el velado cántico que mi alma eleva, y que de nuevo os alcance la audacia de mi mensaje, pues es en esta Noche de los Ancestros que os reclamo desde el olvido.

Son mis emisarios la luna serena y la intangible magia de la radio. Yo soy la que, como un anacrónico espectro, vuestro regreso aguarda. Entonaré para vosotros los cantos desgarrados y demenciales de la Banshee, descenderán a los abismos las lúgubres notas de mi endecha en esta noche chispeante de arcaicos poderes despertados.

Expando mi llamada a través de los mundos hasta alcanzar vuestras esencias suspendidas en la nada. Enfrento mi voluntad, que resplandece con la fuerza de mil soles, al vacío que pesa sobre vuestros nombres, y afronta mi espíritu la terrible negrura que se cierne sobre vosotros desde hace tanto Tiempo. Ved cómo se retira la noche que creímos sin fin, prestad oídos a los sones triunfales que anuncian vuestro retorno, pues hace ya más de un milenio que fuisteis dados por perdidos, y este nuevo comienzo ha de ser celebrado y conocido por todos.

Melodías ancestrales resuenan a través de los planos en esta noche de gloria, una vez más se unen las voces solemnes de las valquirias en un glorioso coro ritual, el rítmico golpear de armas y armaduras se torna hipnótico en su ceremoniosa danza. Ellas esperan, ataviadas de gala, el momento de unir sus energías en auxilio de mi alma. Mis generosas hermanas ejercerán junto a mí su magia, y por este ejercicio de inmensas fuerzas desatadas, será reanudada la vida que os fue arrebatada.

Invitados sois de nuevo a la existencia, yo os invoco, regresad a casa, y que los caóticos abismos que os aprisionaban retrocedan. Cumplida es la sentencia, recordad el contenido de las antiguas profecías: “cuando las palabras vuelen largas distancias, y en brazos de enigmáticos vientos sean entretejidos los sortilegios...” Ya ha sido escuchado mi relato a través de los océanos, pagadas están las viejas deudas, lo que fue será de nuevo, una vez más el Clan del Norte estará completo.

Yo, Skuld, que cabalgo como una más junto a las valquirias. Yo, la Norna, que soy la esencia misma del Tiempo, yo la de múltiples rostros y numerosos nombres, dispongo ahora que sea efectivo vuestro regreso. Incontables veces han crecido las mareas desde la hecatombe de Ragnarok... Cómo os lloré, hermanos y hermanas, hijos míos queridos, héroes anónimos perdidos en el fragor de la batalla, cuánto sufrí por vuestro olvido.

Muchos fuimos antaño en Asgard, mas sólo unos pocos conocidos; aquellos cuyo nombre nunca fue pronunciado por labios mortales caísteis tras la derrota en el terrible olvido, que es la destrucción y la nada. Pero yo, guardiana de la palabra, escriba previsora, traté de enfrentar la crueldad del fin definitivo, recogiendo vuestros preciosos nombres en un libro. Y llamé Munnin, que significa memoria, al grueso volumen, puesto que él preservaría mejor que yo misma el recuerdo de lo que fue. Nombrado fue Munnin en honor al leal cuervo de Odín...

Odín... Sabed, mis amados Asgardianos, que él más que nadie aguarda impaciente vuestro regreso. Pues él fue el primero en ser rescatado del vacío, estando aún recientes los fatídicos sucesos de Ragnarok. Mas su salvación de la nada fue concertada a un alto precio: parte de mi propio alma fue sacrificada, pago que realicé gustosa.

Debo ahora desterrar los recuerdos, que distraen mi voluntad y la apartan de mi objetivo, y reunir toda la energía que emana del universo entero en esta velada mágica. Concentro ahora en mí, también, como una última ayuda, el poder conjunto de las plegarias de todos aquellos que en esta noche de Samhain me invocan...

El momento es el propicio, yo os llamo, atravesad el velo fino, despertad, dioses perdidos. Es en esta Noche de los Ancestros que yo, la norna, os reclamo.

El primer capítulo

Finalmente he cambiado el comienzo de la novela por otro bastante más impactante, de modo que ya no tengo el problema que mencionaba respecto al recurso fácil del reclamo erótico. Aún no he escrito el capítulo entero, pero la citada escena irá más adelante.
El nuevo mundo sigue creciendo de tal modo que me temo que el libro acabará siendo más bien una trilogía o, quién sabe, puede que incluso pentalogía... Todo se verá. De igual modo, mis personajes parecen multiplicarse por momentos, de tres protagonistas iniciales he pasado a algunos más. Queda mucho que pensar y matizar, aunque la idea se va perfilando cada vez con mayor claridad. ¡Hoy he realizado el primer boceto de un monumento importante de mi mundo imaginado! También he inventado una serie de peculiaridades lingüísticas, sufijos, nombres, etc...
Gracias por vuestros consejos.

martes, mayo 09, 2006

Paciencia...

Es algo que me digo más a mí misma que a otras personas.
La novela sigue creciendo en mi cabeza, aunque mi concentración en temas más banales me ha mantenido ocupada sin tiempo para dedicarle.
Espero que pronto haya buenas noticias.