sábado, junio 12, 2010

Me voy

Sueño con irme a vivir lejos, muy lejos, para poder vivir de verdad, completamente sola, sin que nadie me moleste. Fantaseo con que así no tendré que romper amistades, ni ningún otro tipo de relación, directamente. Lo achacaremos a la distancia, con suerte sólo recibiré algún mail esporádico al que dar una repuesta cortés y ya...
Así no tendré que vivir escenitas, tener que explicar que ya no quiero seguir siendo amiga o lo que sea. Que me han fallado, que estoy tan harta de escuchar interminables batallitas y quejas sin sentido para que luego nadie me escuche a mí. Que no soporto más vivir siempre bajo las condiciones impuestas por los otros, encuentros sólo cuando vienen bien a los otros, confidencias sólo cuando el otro las necesita. Básicamente verter su basura en mí cuando apetece... Porque, además, ya no tengo más que dar, ni quiero. Me siento aburrida. agotada, ya casi no me siento yo, y no tengo más que dar. Estaría bien que los demás se pararan a pensar detenidamente en si ellos dan algo, porque parecen creer que sí y no es cierto. Ya no pido nada, es que no quiero, no me apetece, es demasiado tarde. Me habéis mengüado tanto... y aburrido con vuestra falta de lucidez, y decepcionado...
Así que me voy, me voy a otro país. Quizás creáis que sigo aquí porque veis mi cuerpo, pero yo me habré ido. Y algún día mi cuerpo me seguirá.

jueves, junio 03, 2010

TACERE


Callar... Es uno de los poderes del mago. Tendría que saber callar. El problema es que no sé si quiero, ¿sabéis? Me costó mucho arrancarme a hablar, mucho. Cuando era bastante más joven hablaba casi únicamente con mis amigas más allegadas. No solía hablar jamás con gente que no conociera bien, mi timidez me lo impedía (también sospecho que la mayoría de la gente ya me aburría por aquel entonces). No sé qué clase de consecuencias desastrosas imaginaba, pero era incapaz de hablar con gente nueva. Podéis imaginar que parte de mi adolescencia fue algo aburrida.
Ahora hablo, HABLO con mayúsculas, y no es que hable mucho, que no... Es que digo lo que pienso. Ojo, no soy de las que te sueltan lo que piensan a la primera y sin que le hayan dado pie a ello en plan: "yo es que soy muy sincera"... Pues guárdate tu sinceridad donde te quepa, bonita, que nadie te ha pedido opinión. Yo digo lo que pienso tras escuchar y escuchar y escuchar las historias que mis amigos se cuentan a sí mismos fingiendo estar hablando conmigo. Se mienten a ellos, a mí no.

Pero claro, ha llegado el momento en que me pregunto qué sentido tiene que diga lo que pienso. En primer lugar: ¿acaso escuchan? La respuesta es no, las mentiras que se han ido contando a lo largo de los años lo llenan todo y sólo se escuchan a sí mismos. En segundo lugar: ¿acaso importa? A mí me importa que sean infelices, preferiría que fueran libres y vivieran una vida de verdad pero está claro que no voy a conseguirlo con palabras. Sinceramente, no creo que entiendan una palabra de lo que les digo. Y no creo que me exprese tan mal pero se ve que hay conceptos como el amor verdadero, el respeto a uno mismo y a los demás, la comunicación, la entrega, la libertad, el valor... que se ve que no calan del todo en las conciencias.

Teniendo en cuenta esto ¿para qué hablar? Probablemente sólo termino haciendo daño con mis ideas. "¡Calla, calla! ¡No me digas más! Que dices verdades como puños", me decía el otro día una querida amiga. Ella no quería escucharme, tan cómoda como estaba asentada sobre sus pequeños atajos existenciales, pero al menos ella los reconoce como las mentiras que son, y, dada su experiencia, sabe lo que gana y lo que pierde, y se ve que en estos momentos así está bien... El resto sigue engañándose y tratando de hacer pasar sus ilusiones por verdad.

Lo siento por vosotros, amigos, de verdad que me encantaría callar. En realidad no sé qué me cabrearía más llegado de nuevo el momento: tener que guardar silencio o tener que repetiros obviedades una vez más. De modo que actuaré según me pida el cuerpo en cada ocasión (que tampoco me voy a crear yo una úlcera a costa de vuestras movidas). Callaré por piedad cuando pueda (qué fuerte va a volverme este entrenamiento), hablaré con la verdad cuando sea imposible seguir guardando silencio ante vuestro intentos por convenceros a vosotros mismos de las bondades de vuestras vidas falsas conmigo de testigo.

domingo, abril 18, 2010

PEAJE PARA EL MÁS ALLÁ


Me han hecho uno de esos regalos sencillos, espontáneos, encantadores. Uno de esos nacidos de un "¿Te gusta? Pues para ti..."
Su cara es la de un emperador chino, su cruz un dragón algo gastado. Me gusta porque es grande. Me gustan las cosas grandes, no lo puedo evitar. Últimamente me encantan las piedras enormes que surgen de pronto en medio del campo cubiertas de verdín, tan hermosas que parecen envejecidas a propósito. También me gusta porque el cuerpo del dragón está algo gastado. En principio podría parecer que esto convierte a mi moneda en menos valiosa, menos bonita, pero no es así.
Yo imagino que alguien ha tenido que frotar muchas veces esa figura reptiliana para gastar su efigie de tal modo, quizás buscando la Fortuna. Apuesto a que es una auténtica moneda de la suerte. Por lo pronto te hace parecer más hábil de lo que eres: su generosa proporción hace que cuando la lanzas al aire con el pulgar caiga siempre en tu mano. Eso es bueno, muy bueno. Basta sentirse hábil y seguro para atraer a la suerte. Quizás le ponga un nombre. Si sabes el verdadero nombre de las cosas ellas harán tú voluntad. Soy buena encontrando nombres. Ese tipo de nombres en concreto. Son sencillos, aunque prácticamente impronunciables en voz alta. El concepto es sencillo, los sonidos no tanto. Por ahora se llama Dragón y Kangxi. Y ya veremos...


Con este óbolo considero pagado el peaje a otros mundos y desde ahora está claro que no podré limitarme a visitar los sueños del generoso donante, también tendré que llevarle más allá. De modo que ármate de valor y abre los ojos, los de verdad, porque un día de estos te espera un hermoso y quizás accidentado viaje más allá de Oniria.

sábado, febrero 27, 2010

Hacia praderas azules



Una nunca se acostumbra a lo que esto supone, una nunca se acostumbra al aburrimiento, a que la vida no sea más que esto... Una ni tan siquiera termina de sentirse cómoda entre tres dimensiones, tan lineales, tan entrelazadas y opresivas que una ni sabe de dónde surge el hueco que el cuerpo ocupa. Una nunca se acostumbra a la ausencia de historias, una necesita que le cuenten historias para ser feliz y completa, pero ya no volverán las praderas verdes (las azules en el hogar continúan aunque apenas las visite) ni la piel de oso ante el fuego, ya no volveremos a volar en alas de otros.

Una tiene que empezar a contarse historias a sí misma, hasta el final esta vez, completas y perfectas. No hay más consuelo: el amor y las historias. En ocasiones el amor guarda silencio y es hora de contar historias, sólo eso...

lunes, febrero 08, 2010

Meditando poco y mal

Escribimos cosas que luego no nos atrevemos a publicar por la posibilidad de hacer daño a alguien. Tiene su lado hermoso. Significa que no estamos solos. Tenemos a quien dañar, lo que probablemente significa que somos amados, y que amamos.
Tiene un lado menos agraciado que se traduce en que tememos no ser entendidos, porque por supuesto nuestra intención no es la ofensa. ¿Quién quiere causar tristeza a nadie? ¿Quién quiere causarla a quien amamos?
Tiene una cara insustancial cuando pensamos que a quién le va a importar lo que escribamos. Acabamos preguntándonos si alguien nos lee de verdad. Lo hacen, sin duda, pero nuestro pensamiento nunca toca a los lectores. Leerán rápido, sin pensar, y pasarán a otra cosa.
Yo supongo que seguimos haciéndolo por comunicarnos con nosotros mismos, seguramente los únicos que estamos dispuestos a leernos con pausa y a pensarnos.
Y al final meditamos y nos preguntamos si otra vez más no habremos ofendido a media humanidad con nuestras palabras.

sábado, enero 23, 2010

Mañana estaremos muertos

Conozco a gente que sacrifica el sudor y las ansias; hombres que permanecen junto a mujeres a las que no aman- pobres ambos-, que permanecen junto a esta sólo por no poder estar con aquella; hombres, a los que, de hecho, les da igual esta que aquella, pues lo único que desean es una compañera, poco importa quién sea mientras encaje en su estrecho molde doméstico.
Conozco mujeres que se comparan constantemente entre sí, que viven atormentadas por la imagen engañosa de cómo les gustaría ser: más altas, más delgadas, más guapas, más jóvenes; mujeres que se quedan con el primero que las mira.
Conozco personas que no hacen el amor, o que lo convierten en algo triste y mecánico. Personas asustadas, gente acomodada en sus miedos, sus rutinas, sus conceptos estrictos de lo que debe ser.
No se dan cuenta de que cada día será más difícil MIRAR, sudar, jugar como chiquillos, amar como bestias. ¡Oh! Si hoy no te gusta tu cuerpo, si hoy no te apasiona tu pareja... ¿Qué pasará mañana? ¿Qué será de ti cuando seas viejo?

Mañana estaremos todos muertos
Y, a pesar de no ser conscientes,
Ellos ya van ensayando cada día.

miércoles, enero 20, 2010

Rito del ritmo





En la eterna danza
de los cuerpos celestes
ejecuto pasos erráticos,
como expulsada
del orden natural de las cosas.
Mas el baile de mi alma
es único y sublime,
y las luces del amanecer simultáneo
de un millar de soles bendicen
mi existencia coreografiada.

Es mi paso ingrávido el que
pulsa invisibles cuerdas
obradoras de músicas
prodigiosas e insensatas.

Y cada inspiración mía,
cada exhalación
de mi humana carne,
deja huella imperecedera
en los espacios silenciosos
e infinitos.

Aun en la oscuridad y en la nada,
triunfa el rito del ritmo.
Y es mediante bautismo sónico
que asumo mi papel de dueña y vasalla
de las etéreas estancias.

sábado, enero 09, 2010

Este año: entre la confesión y el propósito

Este año que hemos dejado atrás he sido peor y más débil de lo que soy en estos instantes. He amado, he sido feliz, he trabajado. También he estado triste y enfadada mucho tiempo, he perdido el tiempo pensando en cosas y en gente sin importancia. Ya he roto definitivamente con eso, he dicho definitivamente adiós... y hola y bienvenidos a aquellos que me quieren bien y que lo merecen (que los hay). Al final ha sido fácil, la conclusión era tremendamente sencilla: Si tras entregar años de tu vida a una persona esta no ha llegado a conocerte ni apreciarte siquiera un poquito, pues hasta nunca, no hay más que decir, más que plantearse. No más desperdicio de energías. Sólo pensar que desplantes e indiferencia hayan podido afectarme (¡a mí, por los dioses, que ya a muy tierna edad era apodada La Mujer de Hielo por mis amigos!) resulta ridículo.

Me siento inmensamente afortunada siempre, aunque a veces olvide agradecer como solía hacer antes (es un sano ejercicio que recomiendo: dar gracias constantemente, a lo que sea, al universo, a la vida, a todo).

También me siento impotente como una niña pequeña que se enfrenta por vez primera a la muerte, porque lo cierto es que la he descubierto de un modo diferente. Y no me resigno y quiero que mi gata, que era mi amor, y mi hija y mi todo, vuelva.

Este año que acabó tan rápido, y que parece haber durado una hora que contuviera en sí toda una vida, he escrito poco (¡he estado centrada en amar!). Me comprometo conmigo misma a escribir más. Tengo más ganas y más energía,y más necesidad también; mi mente va limpiándose de lo superfluo y haciendo espacio a lo que importa. Lo que me importa a mí es básicamente escribir y el amor. Y la magia.

Soy una especie de bruja (por denominarme de algún modo fácilmente inteligible) escéptica con temor a admitir que la magia existe. Pero yo la he visto, la he sentido, la he compartido y la comparto con otros, ella es parte de mí y yo soy parte de ella. Y
sin ella soy medio yo, más ruin, menos viva, y ella sin mí también pierde, no creáis... Y, a riesgo de que me tachen de loca, cosa que por otra parte me trae sin cuidado, he de confesaros que siento claramente las energías (las de las personas, las de los lugares y objetos); que normalmente sé lo que sienten y piensan los que están a mi alrededor (algo francamente incómodo, la verdad); que hablo con los animales y con las cosas (y que a veces me hacen caso); que me introduzco en los sueños de ciertos durmientes a voluntad; y que a veces maldigo a quien creo que lo merece y que las cosas suceden tal como yo dispongo; que veo cosas que otros no ven: sombras, espíritus, ángeles, demonios, dioses, lo que quiera que sea (o no) en realidad cada uno de ellos... Y qué queréis que os diga... pues sí, soy escéptica: por un lado, no puedo explicar racionalmente nada de esto, mi intelecto me impide catalogarlo desde una nomenclatura digamos ocultista o paranormal, y siempre trato de buscar la explicación más racional posible a los hechos o no buscarla en absoluto (el hombre tiene la absurda manía de buscar explicación a todo, incluso a cosas que no la tienen); por otro, desde el conocimiento intuitivo y la experiencia sé lo que veo, siento, oigo, toco, conozco... Sé que las cosas que sueño a veces se cumplen, que en ocasiones vienen a mí conceptos desconocidos cuya existencia tengo la oportunidad de constatar a posteriori; que algunas veces me visitan seres... ¿no humanos?; y que si digo que alguien va a tener un accidente o a enfermar así será. Y me siento en mi derecho no queráis saber por qué... pero así somos... así soy, sabia (antes lo era aunque lo haya olvidado) y caprichosa como una deidad senil. Lo cierto es que no hace falta que desee ningún mal a nadie, a veces hasta siento pena por lo que se les viene encima, pero tengo una especie de efecto sobre mí que yo llamo erróneamente "karma instantáneo" y que hace que todo el mal rebote multiplicado contra quien piensa o actúa contra mí... No está mal, ¿eh?

De modo que, una vez limpia de todo, este año voy a dedicarme a Amar, a Escribir y a la Magia. Porque ¿sabéis?, amar y escribir son mi vida. Y la magia ¿en realidad importa si existe o no? A mí me hace feliz y completa, me renueva, me purifica y me llena de energía. De modo que yo decido que existe... Sin catalogaciones, sin racionalidad. ES. ASÍ COMO YO SOY. Aunque a veces lo olvide: YO SOY. Y esto es lo que soy... entre miles de otras cosas.



lunes, noviembre 16, 2009

Nada

Recuerdas versos y palabras malogradas que nunca llegaron a crecer para ser poema. Eran débiles, eran inconsistentes, apenas ideas, apenas sentimientos. Nada nunca, nunca nada, nadie nunca, nunca nadie. No se sabe por qué vuelven para cobrar algún tipo de sentido que sólo se explica desde la desesperación y desde las entrañas. Y no hay nada que hacer, nadie con quién hablar; apenas puedes explicártelo a ti misma, de modo que aunque tuvieras quien te escuche qué ibas a decirle...
Después de verte arder en noches de insomnio (¡lo veo! ¡me siento crepitar! ¡siento el calor insoportable en mi cabeza! ¡la intensidad absurda del pensamiento!)
Sólo sabes que no sabes vivir ni amar. Y lo intentas. Pero tampoco sabes intentarlo muchas veces sin caer en la tristeza si las cosas no resultan como crees que deberían ser. Y tampoco sabes si merece la pena o todo es para nada. Ni sabes, sobre todo, si vas a merecerle la pena a alguien o a ti misma. Pero ahora no sabes parar ni sabes qué parar: la vida, el amor, la intensidad absurda, la memoria...
¿Debo tratar de continuar como un zombie, como los demás? Mientras todos fingimos que nada importa, que nunca hubo abrazos ni besos mejores que estos breves y escasos. Todos evitando siempre enfadarnos, entristecernos, mostrar cualquier tipo de emoción negativa. Aceptando de buen grado tan sólo lo que deseen darnos. Olvidando todo lo demás, olvidando lo que fuimos. Que una vez nos creímos inmortales y eternos.

miércoles, octubre 14, 2009

Cansada...

Me canso, en cuanto me paro un poco a pensar me canso de mí misma y de todo. Así que acabo por preguntarme si todo el resto del tiempo que no pienso (no de este modo, no se puede vivir y ser feliz pensando así) soy otra persona, soy siquiera... Me aburro, me aburro de mí, de mi vida y de mi inconsistencia, de mi superficialidad; me canso de lo aparente y de que quede tan poco oculto ya. Estoy cansada de saber demasiado poco, de leer demasiado poco, de escribir demasiado poco.
Y le debo un texto a Luna, aunque aún no me atrevo. Pero la vida de la Mejor Gata del Mundo (y una de las mejores personas) no puede pasar sin pena ni gloria por esta existencia absurda.

sábado, junio 27, 2009

Colaboración de junio en Grada

Fuera de Temporada



Yo existo contra ti, furiosamente,

Agazapada al otro lado de la duda.

Sin más certeza (¿existo?)

Que amarte porque quizás lo merezcas,

Que odiarte por retenerme a tu lado.


Y, entretanto, nos limitamos a vivir

Como a la espera,

Pendientes de una sucesión incesante

De minúsculas Nadas.

Suspendidos por cables inverosímiles

Como una guirnalda de luces navideñas

Fuera de temporada.

jueves, mayo 28, 2009

¿Por qué el lenguaje de los sueños siempre es infantil?

Anoche soñé que había nidos de águilas calvas en las ventanas de mi edificio, mi hermana se cargó dos huevos y yo quería ir a darles algo para que hicieran sus nidos más grandes y mejores. Antes de llegar a donde estaban los nidos de las águilas había nidos de gatos, una niña se metía un gatito recién nacido en la boca y lo masticaba. Un tipo negro enorme me echaba de la casa en la que me había colado para acercarme a los nidos, que para eso era su casa. Ese tipo no era humano.

Luego estaba en una especie de... reunión social, y había un individuo que me tiraba los tejos a saco, y que me resultaba bastante atractivo, pero yo lo mantenía a raya firme pero encantadoramente (hay que reconocerlo), si no hubiera tenido pareja algo habría pasado... Mi amor, que estaba al otro lado de la sala, me hacía una seña, nos apartábamos y me reñía un poco porque bebía mucho y por dejarme tiratejear, entonces nos besábamos y nos íbamos a otra habitación a hacer el amor. Pero cuando empezábamos vi por la ventana que los muertos se estaban levantando y, claro, a ver quién se concentra en medio de una plaga de zombies. Así que nos íbamos para fuera, pasando entre algunos zombies sin más (parece que no estaban muy despiertos aún), y que eran como un poco amarillos. Una vez en la calle, yo quería que robáramos un coche, y robamos uno blanco deportivo pequeñito que parecía biplaza, pero la verdad es que alguien más que venía con nosotros se montaba detrás, y también había otra tía ahí sentada. El caso es que el coche tenía los laterales como de lona y dónde vas así a pasar por enmedio de plagas de zombies, de modo que dije que teníamos que coger un cuatro por cuatro o un camión o algo así cuanto antes. Al final nos metíamos en un túnel lleno de zombies o de gente en proceso de convertirse en uno de ellos, porque eran mu feúnos y estaban un poco perjudicados pero no hacían nada. Creo que FIN. Ah, no, creo que también ligué con Bunbury, pero en mi sueño era un tipo atractivo y carismático. FIN.

¿Se puede contar los sueños con un lenguaje más correcto, rico y literario sin falsearlos? Creo que no. ¿Por qué mis sueños son entre rarunos y videojueguiles? ¿Conocerá mi madre algún día a Adamantium? Estas y otras cuestiones nunca serán resueltas en próximas entregas.

lunes, mayo 18, 2009

Hasta luego, Mario...


Que se nos has ido, Mario, cuando tanta falta hace gente como usted. Que ahora los poetas supervivientes tendremos que realizar un esfuerzo supremo en su ausencia para llenar el mundo este de acá de palabras hermosas, de imágenes evocadoras, y no nos va a dar el ingenio, Mario, ni la sensibilidad ni la bondad suya para acercarnos siquiera un poquito y poder llamarle de tú.
Hasta luego, Mario Benedetti, GRANDE GRANDE, gracias por sus poemas.



Ausencia de Dios

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.