domingo, diciembre 10, 2006

La Novela

Creo que ya voy debiendo explicaciones: en principio creé este blog para pedir consejo con los problemas que pudieran surgirme a lo largo del proceso de creación, y desde entonces no os he contado nada al respecto.
Bueno, pues tengo ya mucho material, miles de ideas a desarrollar. El mundo de la novela se ha ido haciendo cada vez más vasto y complejo. Los personajes continúan creciendo y madurando. Y, en fin, que lo que toca es ponerse a redactar ya en serio. Como ya dije, pienso continuar con el proyecto cueste lo que cueste, tarde lo que tarde.
Ahora estoy muy liada, eso sí, y cada vez voy a estarlo más. Pero aún así sacaré momentos para escribir.
Ya os iré poniendo al día. Ahora estoy también con un poemario, de modo que...ya veremos.
Las conversaciones literarias, el intercambio de ideas y de versos de la otra noche con mi amigo Jose (un fantástico poeta, entre otras cosas interesantes) , me animó mucho, me reactivó el motorcillo interno que me hace escribir. Gracias Jose, aquí seguimos, al pie del cañón. Que sepas que parte del mérito de que escriba es tuyo (si es que el hecho de que escriba tiene algún mérito).

Gente Importante, esta De Verdad:

El panadero, el albañil, el fontanero, el maestro, el agrigultor, el librero, el cuentacuentos, el mago, el filósofo (el que grita), el poeta (también sólo si grita), el electricista, el artesano, el idealista, el okupa, la madre (sobre todo la mía)...
Todos aquellos que nos sustentan brindándonos alimento tanto para el cuerpo como para el alma, los que nos proporcionan un techo que nos cobije, los que hacen posible que abramos el grifo y, ¡salga agua!, los que mantienen las luces en la noche.

Las ratas...que mantienen las alcantarillas sin obstrucciones.
Los gatos, que mantienen a raya a las ratas y a otras plagas.
Los veterinarios, que esterilizan a los gatos...

En fin, todos los que contribuyen a mantener en pie este remedo de civilización en que vivimos, con el que por ahora parece que hay que conformarse. Todos ellos son Gente Importante (incluídos los animalitos, sí).

Gente importante

Siempre me han hecho mucha gracia esas dos palabras cuando se usan juntas, "Gente Importante", así, con mayúsculas, porque normalmente se refieren a gente que, en realidad no es en absoluto importante, al menos para mí.
Se trata de gente que o bien por su profesión, o por la razón que sea (véase acostarse con alguien, contar que se ha acostado con alguien, y cualquier cosa relacionada con el subsexo couché), atrapa en un momento dado la atención de los medios de comunicación, convirtiéndose así (al menos a sus propios ojos) en una celebridad.
Deducimos pues, que parte de esa Gente Importante es la que se pavonea ante las cámaras presumiendo del último cochazo adquirido, o del último modelito del diseñador tal o cual supermegaexclusivo que cuesta una millonada que para sí la quisieran los 50000 niños que mueren de hambre al día.
Lo peor, bueno, obviamente y visto lo visto, lo peor no, pero lo más estúpido de todo es que la mayor parte de la gente cuyas acciones tienen repercusión mediática realmente se acaba creyendo que de verdad son importantes, parecen creerse por encima del bien y del mal, con capacidad para mirar desde la cima del empinado pedestal sobre el que se asientan y juzgar de un vistazo general al resto de mortales de igual modo. Y esto incluye a directores de cine venidos a más que hacen un par de pelis y ya se creen Billy Wilder; cantantes que en tres días han perdido el acento de su pueblo; actrices operadísimas, obviamente de acento neutro también; escritores endiosados y perdidos en su propia ensoñación; deportistas papanatas que apenas saben hilar dos frases; y, en fin... ese extenso etcétera que todos conocemos.

Importante...sí. Repugnante diría yo. Esa gente y toda la corte de lameculos que suelen llevar detrás y que han conseguido que su lameculez se propague a toda la sociedad. Porque parece ser que hoy todo el mundo quiere codearse con esa gentuza y ser fashion como ellos. Pero para ser fashion, y aún más, para ser Gente Importante, hay que ser rico. Y ser rico, por mucho que se empeñen en contarnos que es el colmo del glamour en feliz matrimonio con la Importancia, es inmoral.

Sí, inmoral, esa palabra tan básica, y tan pasada de moda que habría que redefinirla. Revolcarse en la abundancia ostentosamente ante la mirada estulta y babeante del mundo entero mientras gran parte de la humanidad no tiene ni lo más básico para la supervivencia es INMORAL.

Y es por eso que yo, cuando veo a los Beckham y a otros de su ralea, en lugar de sentir admiración y envidia, siento náusea. Mientras otros se dejan cegar por el brillo de su opulencia, yo veo bracitos escuálidos, cuerpecitos negros que no logran mantenerse en pie, y el rostro más terrorífico que he contemplado jamás: el de un niño moribundo que en su corta vida ha contemplado todos los horrores posibles, una expresión que parece surgida del mismo infierno.
Gente importante ¡JA!