domingo, diciembre 10, 2006

Gente importante

Siempre me han hecho mucha gracia esas dos palabras cuando se usan juntas, "Gente Importante", así, con mayúsculas, porque normalmente se refieren a gente que, en realidad no es en absoluto importante, al menos para mí.
Se trata de gente que o bien por su profesión, o por la razón que sea (véase acostarse con alguien, contar que se ha acostado con alguien, y cualquier cosa relacionada con el subsexo couché), atrapa en un momento dado la atención de los medios de comunicación, convirtiéndose así (al menos a sus propios ojos) en una celebridad.
Deducimos pues, que parte de esa Gente Importante es la que se pavonea ante las cámaras presumiendo del último cochazo adquirido, o del último modelito del diseñador tal o cual supermegaexclusivo que cuesta una millonada que para sí la quisieran los 50000 niños que mueren de hambre al día.
Lo peor, bueno, obviamente y visto lo visto, lo peor no, pero lo más estúpido de todo es que la mayor parte de la gente cuyas acciones tienen repercusión mediática realmente se acaba creyendo que de verdad son importantes, parecen creerse por encima del bien y del mal, con capacidad para mirar desde la cima del empinado pedestal sobre el que se asientan y juzgar de un vistazo general al resto de mortales de igual modo. Y esto incluye a directores de cine venidos a más que hacen un par de pelis y ya se creen Billy Wilder; cantantes que en tres días han perdido el acento de su pueblo; actrices operadísimas, obviamente de acento neutro también; escritores endiosados y perdidos en su propia ensoñación; deportistas papanatas que apenas saben hilar dos frases; y, en fin... ese extenso etcétera que todos conocemos.

Importante...sí. Repugnante diría yo. Esa gente y toda la corte de lameculos que suelen llevar detrás y que han conseguido que su lameculez se propague a toda la sociedad. Porque parece ser que hoy todo el mundo quiere codearse con esa gentuza y ser fashion como ellos. Pero para ser fashion, y aún más, para ser Gente Importante, hay que ser rico. Y ser rico, por mucho que se empeñen en contarnos que es el colmo del glamour en feliz matrimonio con la Importancia, es inmoral.

Sí, inmoral, esa palabra tan básica, y tan pasada de moda que habría que redefinirla. Revolcarse en la abundancia ostentosamente ante la mirada estulta y babeante del mundo entero mientras gran parte de la humanidad no tiene ni lo más básico para la supervivencia es INMORAL.

Y es por eso que yo, cuando veo a los Beckham y a otros de su ralea, en lugar de sentir admiración y envidia, siento náusea. Mientras otros se dejan cegar por el brillo de su opulencia, yo veo bracitos escuálidos, cuerpecitos negros que no logran mantenerse en pie, y el rostro más terrorífico que he contemplado jamás: el de un niño moribundo que en su corta vida ha contemplado todos los horrores posibles, una expresión que parece surgida del mismo infierno.
Gente importante ¡JA!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la gente es boba. lo es pq le enseñan a ser boba. cuanto menos piensen más fácil es tenerlos engañados. si se les enseñara a pensar... ¿dejarían de ser bobos?

Laura PD dijo...

La gente es boba porque quiere, porque es más cómodo. Cualquiera puede enseñarse a sí mismo a pensar.
Es sólo que es más sencillo permanecer que buscar.