martes, enero 22, 2008

Sanación efectuada ¡Beeep! Retire los deshechos de sus penas, por favor



¡Ah! Parece que ya me curé, aunque nunca se cura uno del todo. Quizás se trata tan sólo de los aromas de la primavera que comienzo a sentir cada vez más cerca.

Y la musa vuelve cuando quiere, mientras no me ponga demasidado soberbia o hable en exceso de nuestras intimidades. Se enfurruña, la tía... (además de voluble, caprichosa).

El caso es que de vez en cuando vuelve a visitarme, y trae consigo las voces de dioses pequeñitos
que me animan a escribir y narrar sus andanzas.
¿Y quién soy yo para desoír a las divinidades por muy diminutas que estas sean?

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