sábado, junio 24, 2006

Amami Alfredo!



Querida, divina Callas:
Cómo decirte que poco me importa la hermosura que ostentaste (podrías haberte ahorrado las repugnantes tenias), o tu genio.
No te adoro, ni a tu arte, y tu carácter parece ser que era dificilmente soportable.
Sin embargo, ¿cómo no amarte?
Una antigua grabación de La Traviata me hace estremecer de nuevo hasta el éxtasis, hasta las lágrimas. Siempre La Traviata, no importa cuántas veces la escuche, y tantas veces tú... Porque quizás suena más desgarrada, más desesperada en tu garganta. Porque tú eres tú, y a un ser capaz de transmitir tales sensaciones, se le perdona todo.
Sencillamente por darme tanto placer.

2 comentarios:

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Me sorprende gratamente al entrar en tu blog, encontrarme con un post dedicado a la Callas. Mujer que siempre me llamó la atención, porque en el afán de su perfección externa, se veía realmente otro afán, el de ocultar su infelicidad.

Encontró, para dar a salida a sus pasiones, al desamor y la amargura, que en su vida intentaba edulcorar con poses e imagen perfeccionistas, el manantial de su voz. Su voz no cantaba tan sólo, sino que era el torrente por donde dejaba escapar el alma, aquéllo que de verdad vivía dentro de ella. Por eso cuando se la escucha da la sensación de estar interpretando su propia vida, su propio drama, por eso su voz llega, araña, duele a veces en su desgarro y a veces sana con su dulzura porque al cantar, envuelta en notas musicales, la Callas, regalaba un poco de su otro "yo", el real, a todos los que la escuchaban y seguimos escuchando.

Hablando de tu blog, constato que tu sensibilidad, ya conocida por mi, toma forma en este espacio. Sigue adelante y un beso. M.Rosa.

Laura PD dijo...

Hola, guapa, gracias mil por tu comentario. Perdona el abandono, pero esto de no tener internet en casa...

Deliciosa, grandiosa, dadora de placer ilimitado, propiciadora de éxtasis casi místicos: esa es la ópera. E interpretada por la Callas ya es como si infierno y paraíso se fundieran en un abrazo orgásmico...